LLAMEN A MOU, QUE EL REAL ESTÁ EN CUALQUIERA...
A partir de este gol a los 9 minutos, golazo de Xavi tras habilitación de Iniesta, el primero de una goleada inolvidable del Barça, hubo un solo equipo en la cancha. Paseo, baile, paliza, no alcanzan los calificativos para la actuación del equipo catalán en el clasico del fútbol español.
Los que vimos el partido no nos sorprendemos por el abultado resultado, sino que analizando el desarrollo del juego tal vez el marcador sea un tanto injusto con los locales que podrían haber aumentado el score. El Barcelona goleó 5 a 0 al Real Madrid en su cancha ante su gente, y ahora es el líder de la Liga. Con tantos de Xavi y Pedro en la primera etapa, más dos de Villa y uno de Jeffren en el segundo tiempo, brindaron por momentos una clase de fútbol humillando a su eterno rival que dejaba en el Camp Nou su invicto de 14 fechas.

El duelo aparte que se decía iban a sostener Lionel Messi, de muy buen partido, y Cristiano Ronaldo, las dos máximas figuras en ambos planteles, fue secundario ante tamaña demostración de juego colectivo del equipo culé. El Barcelona lo ganó desde un principio y hasta el pitazo final. A los 18' de juego, ya estaba dos goles arriba y ganaba con total merecimiento. Pero habría más. En el segundo tiempo el Madrid seguía sin respuesta ofensiva, no creaba juego para que el poderío de su hombre gol de los últimos encuentros, Ronaldo, ni aparecía Di María con sus habituales desbordes para lograr acortar la ventaja, y se equivocaba en defensa porque se exponía al acoso constante de los volantes catalanes, Iniesta, Xavi, Messi y casi todos, se distribuían la pelota a discreción mientras el equipo merengue no presionaba ni contragolpeaba. En verdad, el Madrid pareció más salir a defender el 0-2 que a intentar darlo vuelta y el equipo catalán materializó en su estadio una verdadera fiesta futbolera. En el choque de estilos, el fútbol de toque, el de buen pie que practican e hicieron marca registrada los de Guardiola superó hoy ampliamente al pragmatismo del manual del portugués José Mourinho.

Para Mou, fue la mayor derrota de su carrera como técnico profesional y, por primera vez, un equipo suyo sufrió cinco goles en contra, en sus 464 partidos dirigidos a la fecha. Tal vez hoy esté arrepentido de algunas de sus premisas, a veces por demás provocadoras? no lo sabremos, pero no siempre funciona el decálogo de la defensa férrea, el ceder el balón al rival y aprovechar o especular con el error ajeno antes de apostar a la creación de aciertos propios. A veces el rival juega, y si lo hace bien, o realmente bien como lo hizo el Barcelona en el clásico de esta tarde, desnuda nuestras limitaciones. Por momentos recordé el partido entre Argentina y Alemania en el mundial, tal vez por las flores que se tiraron en la semana Diegote y Mou? Pero a decir verdad el actual DT merengue, a diferencia de su colega y amigo Maradona, se dio el gusto sin que se le mueva un pelo de engrosar la defensa con sus cambios, estando en desventaja y en el derby, el partido más importante del semestre para su equipo.
Qué pensará el aficionado del Madrid? Seguirán vivando a Mou en el Bernabeu luego de este cachetazo catalán? O se rendirán ante la evidencia de que el Barcelona, su contrincante de siempre, es hoy quien juega el mejor fútbol del mundo.
El portugués tiene ahora un desafío por delante, recuperar la confianza que la hinchada del Real Madrid había depositado en él, ante los buenos resultados en la Liga como en la Champions más allá del juego.
Este traspié tal vez le cueste caro al entrenador.
No sólo a él, porque para ver espectáculo, a veces no hace falta ir al cine.
."Entonces aparece el Barcelona y con una actuación que regocija el alma, gana, aplasta mejor dicho al Real Madrid nada menos, y da un espectáculo memorable. No hubo necesidad de ir al circo para divertirnos, gozar de lo mejor de este juego y emocionarnos con cada jugada. El fútbol recupera con este equipo su verdadera esencia, todos los conceptos que lo hacen inigualable aparecen renovados, después de atravesar la historia con su carga de recuerdos imborrables. "Ángel Cappa dixit.