Me gustaría decir algo en lo que estuve pensando desde ayer cuando me enteré de la noticia. Diego Maradona, es tal vez el mejor jugador de todos los tiempos, sin dudas hubo un antes y un después de él en la historia del fútbol mundial. Ha estado expuesto a las cámaras desde poco más de 16 años a la fecha y en esa situación ha ganado y perdido muchas cosas. Yo misma he escrito aquí en estas páginas muchas críticas (muchas!) al Diego DT de la selección, al que se peleó con Riquelme, con Basile, y en general me han molestado mucho algunos de sus errores (los públicos y conocidos) respecto a su comportamiento como padre, por la sencilla razón de que he sentido y siento por él gran admiración. No sólo como el gran futbolista que ha sido, el genial número diez, campeón insuperable, pibe de oro y tantas otras cosas, sino como hombre con sus debilidades e intensidades a flor de piel. Confieso que no le he perdonado algunas declaraciones muy polémicas y tristes respecto de su hijo italiano. No juzgo comportamientos porque nadie conoce más que él y su entorno íntimo esa historia, no puedo imponerle que lo vea, ni que lo visite ni mucho menos exigirle una relacion, ni yo ni nadie. Pero la negación de ese hijo en palabras de su boca y ante las cámaras me resultaron insoportables.
Sin embargo ayer, cuando tomé conocimiento de la noticia de la muerte de Doña Tota, sentí algo que me hermanaba con él, y no es otra cosa que el amor que nos une a nuestras madres, ese amor incondicional, mezcla de agradecimiento y admiración por el duro camino recorrido por ambas.
Porque Maradona fue el más grande de todos, y fue además audaz, políticamente incorrecto cuando se enfrentó en muchas oportunidades al poder y se alzó como la voz de los perdedores del mundo, no se recostó en los laureles de ídolo, fue por más y eso lo hizo casi un Dios en muchos rincones del planeta, hasta hoy.
Pero si hay algo en la vida que Diego fue, ha sabido ser y es, con gran talento, vocación y dedicación extrema, es: ser hijo, un buen hijo. Fue Hijo con mayúsculas y con devoción, y ayer, en eso, lo sentí cerca como antes.
Adios Doña Tota. Y fuerza Diego en este momento tan doloroso.
9 comentarios:
Lindo Peteco! La mejor letra lejos.
Me parecio que la gente de Racing no respetaba el minuto de silencio y, al contrario, aprovechaba el silencio para imponerse sobre las voces de Boca por unica vez en la tarde, porque la hinchada de Boca si respetaba el minuto de silencio. Raro porque Maradona tuvo un breve paso por Racing. En fin...
Tambien fue muy encomiable el gesto de Roman, que no tenia ninguna necesidad de postergar el acto por el 15to aniversario.
Un abrazo,
Divino este tema. Y sí es cierto, Román estuvo muy bien, teniendo en cuenta que ni siquiera tienen relación con Diego ahora. Le debo mi post x el 15º, es que no tengo ni tiempo.
Y si fue así como decís lo de los hinchas de Racing, qué triste,no?
Un beso
Nada que decir, sólo deseo de abrazar a Diego. En su defecto, abrazo a usted.
Joven. Yo también tuve y tengo ese mismo deseo, y en virtud de los acontecimientos te abrazo a vos y también te siento cerca.
Beso grande
Más allá de sus diferencias... Dos Grandes del Fútbol y de Boca...(Román y Diego), a quien le debemos fiel reconocimiento por todo lo que nos dieron. Abrazo Futbolero
Fuerza Diego!!!
Diogenes, dos grandes con mayúsculas.
Caspa, mucha fuerza!
Abrazo
Mujer: me gustó el gesto de Diego. Preservó la intimidad en un momeno muy jodido. Para los hombres que perdimos a la vieja, es una de las peores cosas para vivir.
Un abrazo.
Julián, sentí también tu dolor en tus palabras.
Un abrazo
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