
Hoy falleció la coreógrafa alemana Pina Bausch, la gran dama de la danza contemporánea y me tocó hacerle un breve homenaje radial. Recordé y recuerdo su paso por Buenos Aires en 1994 cuando nos regaló a los porteños su magnífica obra coreográfica llamada, no casualmente, "Bandoneón".
Hablaba hoy con un amigo que guarda aún hoy el programa de aquella función en el Teatro San Martín autografiado por ella y pensamos si algo hay para decir de Pina es que dedicó su vida a su pasión: la danza con su estilo expresionista unico y que hay un antes y un después en la historia de la danza a partir de ella.
Su amigo Pedro Almodóvar, quien la inmortalizó en una de sus mejores películas "Hable con ella", la despidió con estas palabras, como sólo él sabe y puede hacerlo:
"Pina Bausch fue una fuente constante de placer, me provocaba emociones muy diversas y me inspiraba siempre. Ocurrió como en la canción de Chavela 'sin saber que existías, te deseaba, y antes de conocerte te adiviné'. Nuestra amistad fue fulminante y para siempre. Pina era una mujer muy femenina y muy sensual, eso es algo que se aprecia en todos sus espectáculos.
Pina me permitió que trasladara su magia al final de 'Hable con ella'. También tengo que agradecerle que al principio de la película ella misma bailara, acompañada por la pionera y mítica Malú, 'Caffe Müller' para mí. Imposible soñar mejor comienzo para una película que cuenta la historia de dos mujeres en coma que las imágenes de Pina y Malú, vestidas en combinación blanca, caminando a ciegas por un escenario lleno de sillas y mesas, en cuyas paredes acababan chocando. No puedo explicar la emoción que me agarrotó cuando lo vi por primera vez.
Esta noche iré al bar Candela, seguro que allí encuentro a alguien con quien llorar la muerte de Pina Bausch".
Es palabra de Almodóvar.
Luego me quedé pensando en cuestiones de pasión y entrega y quería rescatar a otra mujer que vive su profesión con orgullo, dedicación y talento. Alguien que por estos días es criticada o subestimada debido a su crossover con la política. Algo que no se le critica a un intelectual, a un cineasta, a un escritor, a un empresario. Para una mujer boxeadora, por más campeona del mundo que sea, es demasiado.
Marcela "La Tigresa" Acuña, es la máxima figura del boxeo femenino de Argentina, es campeona mundial supergallo de la Asociación y del Consejo Mundial de Boxeo. La campeona que, en mayo de este año, retuvo su corona ante la mexicana Jakie Nava al vencerla por puntos y en fallo unánime en la pelea a diez rounds que protagonizaron en el estadio Luna Park con récord de público. La Tigresa ostenta ahora un récord de 32 peleas ganadas y sólo 5 derrotas.
No nos interesa aquí detenernos en sus preferencias ideológicas, ella sabrá mejor que nosotros porqué adhiere y elige involucrarse. Pero queremos destacar sus virtudes como deportista, como mujer bella e inteligente, tal vez no formada intelectualmente como muchos de sus detractores pero no por eso menos sensible a cuestiones de la política social de su país.
Una Mujer de Olé bajo el Brazo que se gana a golpes de puño su lugar en el mundo merece nuestro respeto. Salud Tigresa.