
Barcelona es patrimonio futbolero de la humanidad
Por Juan Pablo Varsky
Por Juan Pablo Varsky
La culpa de todo la tiene una cerveza, la Damm. El 15 de abril de 1972, el Club de Fútbol Damm le ganó 3 a 2 a Barcelona la final de la Copa Catalunya juvenil de aquella temporada. Enojado por esa humillación deportiva, el presidente Agustí Montal decidió contratar a Laureano Ruiz como entrenador del Juvenil A. Laureano llegó con una idea: la pelota es mía. Para ejecutarla, impuso su método de trabajo, lleno de ejercicios para mejorar la técnica individual y ajustar automatismos colectivos. Lo hizo a contracorriente. Descartó a los torpes y apoyó a los talentosos, sin importar tamaño ni fuerza. Debió arrancar de su despacho un cartel que decía: "Si vienes a ofrecerme un juvenil que mida menos de 1,80m date la vuelta". Implantó los rondos, buscando estimular la velocidad de reacción y, sobre todo, la inteligencia para entender el juego. Ganó cinco títulos consecutivos y, a partir de su segunda temporada, consiguió que todos los equipos, de juveniles para abajo, jugaran igual, con el sistema 3-4-3 y los mismos conceptos.
Eligió esa manera inspirado por la escuela del Ajax holandés. En 1974, fue nombrado coordinador general de fútbol base. Es un sabio que dice: "El fútbol es como los idiomas. En los idiomas trabajas la coordinación fonética, que nos hace hablar. En el fútbol, la coordinación motora. Cualquier chico aprende un idioma en pocos meses incluso sin saber gramática. Pero su padre no lo consigue con facilidad por más gramática que sepa. A los niños hay que enseñarles el idioma del juego desde muy pequeños". Para entender al Barça hay que leer el imprescindible libro Senda de campeones, de La Masía al Camp Nou, escrito por Martí Perarnau. Atleta olímpico en Moscú 80 y periodista, el autor propone un maravilloso viaje por la historia y la filosofía de juego que hacen a este Barcelona de Guardiola el mejor equipo de fútbol que se haya visto jamás. Por ejemplo, hay un capítulo dedicado a "El falso nueve", concepto que hoy retrata a Messi pero que nos recuerda al gran Michael Laudrup. En La Masía, la escuela de jugadores formados artesanalmente, los maestros enseñan el concepto de levantar la cabeza, mirar antes de recibir, anticiparse a la jugada, cómo colocar el cuerpo para cubrir la pelota. Ayudan a entender el porqué de las cosas y los movimientos. Comprender que el fútbol no puede disociarse y que si como delantero no te convertís en el primer defensor presionando la salida del rival desordenás al equipo. Aceptar que si como defensor no sacás la pelota limpia desde el fondo para los medios provocás un temblor en la estructura.
Para Guardiola, los delanteros defienden y los defensores atacan. Pep es la evolución definitiva de este proceso que comenzó hace casi 40 años. El lunes por la noche, presentó su variante 2011, un 3-4-3 que rindió tributo a Laureano y, de pie señores, a Johan Cruyff, cuyo Dream Team 91-94 ganó todo con este sistema. Sin los lastimados Alves, Piqué, Puyol, Maxwell y Adriano, armó su línea defensiva con Mascherano, Busquets y Abidal. Keita fue el vértice retrasado en el medio, con Thiago e Iniesta a sus costados y Cesc Fábregas de enganche. Con Alexis Sánchez y Pedro de extremos, Messi ejerció de falso nueve e intercambió posiciones con Cesc. Le ganó 5 a 0 al Villarreal de Champions con otro recital. Los tácticos disfrutamos de la perfecta geometría para cubrir la cancha (rombos, triángulos). Los líricos nos divertimos con esa poesía en movimiento, ese caos organizado. Brindo por otra fiesta del Barça, el equipo de todos, el de la síntesis que nos aleja de la fragmentación. Hoy, va con cerveza Damm, la más vendida en Barcelona y la que, gracias eternas por esto, tuvo la culpa de este patrimonio futbolero de la humanidad.
Eligió esa manera inspirado por la escuela del Ajax holandés. En 1974, fue nombrado coordinador general de fútbol base. Es un sabio que dice: "El fútbol es como los idiomas. En los idiomas trabajas la coordinación fonética, que nos hace hablar. En el fútbol, la coordinación motora. Cualquier chico aprende un idioma en pocos meses incluso sin saber gramática. Pero su padre no lo consigue con facilidad por más gramática que sepa. A los niños hay que enseñarles el idioma del juego desde muy pequeños". Para entender al Barça hay que leer el imprescindible libro Senda de campeones, de La Masía al Camp Nou, escrito por Martí Perarnau. Atleta olímpico en Moscú 80 y periodista, el autor propone un maravilloso viaje por la historia y la filosofía de juego que hacen a este Barcelona de Guardiola el mejor equipo de fútbol que se haya visto jamás. Por ejemplo, hay un capítulo dedicado a "El falso nueve", concepto que hoy retrata a Messi pero que nos recuerda al gran Michael Laudrup. En La Masía, la escuela de jugadores formados artesanalmente, los maestros enseñan el concepto de levantar la cabeza, mirar antes de recibir, anticiparse a la jugada, cómo colocar el cuerpo para cubrir la pelota. Ayudan a entender el porqué de las cosas y los movimientos. Comprender que el fútbol no puede disociarse y que si como delantero no te convertís en el primer defensor presionando la salida del rival desordenás al equipo. Aceptar que si como defensor no sacás la pelota limpia desde el fondo para los medios provocás un temblor en la estructura.
Para Guardiola, los delanteros defienden y los defensores atacan. Pep es la evolución definitiva de este proceso que comenzó hace casi 40 años. El lunes por la noche, presentó su variante 2011, un 3-4-3 que rindió tributo a Laureano y, de pie señores, a Johan Cruyff, cuyo Dream Team 91-94 ganó todo con este sistema. Sin los lastimados Alves, Piqué, Puyol, Maxwell y Adriano, armó su línea defensiva con Mascherano, Busquets y Abidal. Keita fue el vértice retrasado en el medio, con Thiago e Iniesta a sus costados y Cesc Fábregas de enganche. Con Alexis Sánchez y Pedro de extremos, Messi ejerció de falso nueve e intercambió posiciones con Cesc. Le ganó 5 a 0 al Villarreal de Champions con otro recital. Los tácticos disfrutamos de la perfecta geometría para cubrir la cancha (rombos, triángulos). Los líricos nos divertimos con esa poesía en movimiento, ese caos organizado. Brindo por otra fiesta del Barça, el equipo de todos, el de la síntesis que nos aleja de la fragmentación. Hoy, va con cerveza Damm, la más vendida en Barcelona y la que, gracias eternas por esto, tuvo la culpa de este patrimonio futbolero de la humanidad.